CazaTormentas del Sur

6 nov 2017. Se inicia en Bonn, Alemania, la 23a cumbre del cambio climático (COP23). Otra vez renombrados científicos, gobernantes, estadistas, economistas, salidos todos de excelsas universidades, se reúnen para determinar qué otra mentira van a impulsar. Los mismos que con sus políticas de desarrollo sostenible, sostenidas en contra del Planeta, han puesto a la humanidad al borde del desastre, hoy comienzan a tramar una nueva manera de no querer asumir, que este PLANETA TIERRA, NO pertenece a los humanos. Algo tan sencillo, como entender que no matarás a quien te cuida, transporta, cobija y alimenta, no necesita de millonarias reuniones obscenamente lujosas, mientras siguen insistiendo en que no hay fondos para llevar agua y alimentos a poblaciones en riesgo y urden qué nuevos impuestos cobrar para favorecer a los de siempre, a los poderosos. Resulta hasta patético que se siga insistiendo en pronósticos climáticos angustiantes, con supuestos resultados en hambrunas, extinción de especies, éxodos masivos de poblaciones humanas, escases de agua y todos los delirios posibles, poniendo como excusa lo que hasta ahora a demostrado ser lo más incomprobable, el calentamiento Planetario. Sí, hemos visto, precisamente en estos últimos 23 años, desaparición de especies por exterminio de sus habitats, por contaminación de lagunas, lagos, ríos y mares, en pos del asqueroso «desarrollo sustentable». Hemos visto éxodos de poblaciones humanas y no por el clima precisamente, si no por deleznables guerras. Hemos visto que nunca los poderosos del mundo ofrecen soluciones a los pobres, por el contrario siguen exprimiéndolos para mayores ganancias. Otra mentira, pero claro, de poderosas voces. Dejar de matar árboles, cuidar el agua más que al oro, mostrar la fragilidad del ser humano, antes que la fragilidad del Planeta, que por cierto para nada nos necesita, son simples acciones, que al parecer a nadie le importa llevar a cabo. No necesitamos de millonarios encuentros que solo buscan el negocio favorable a los ricos, solo necesitamos despertar en cada ser humano la conciencia adormecida, de que solo se está de paso por este Mundo. Nada nos llevaremos, por lo que no hace falta perder la vida queriendo tener más y más. El ser humano debe dejar de ser su propio asesino, su propio esclavista y su propio dañador, para darse cuenta que la miseria no es por faltantes si no por avaricia. La TIERRA nuestra escuela itinerante, no necesita salvadores, necesita que cada uno haga de su existencia un aprendizaje. Aprender que la belleza del mundo que habitamos existe, que no se requieren palacios para sentir un hogar, que la peor suciedad no es un basural, si no un alma perversa; que ser buena gente reditúa; Que los títulos no te ennoblecen, si no que te hacen noble tus acciones y algo tan simple como profundo, es aprender que nadie sobra en el Universo. A la verdad se llega descartando lo irreal, lo falso, lo aparente. La vida se nos termina, antes de eso  existe la posibilidad de vivirla, en forma consciente, creciendo en lo que nos llevaremos. Si el Mundo no cambiara no sería un Mundo vivo, no hay que temer a la Tierra, solo hay que respetar su naturaleza, como cada uno quisiera que se le respetase su propia familia, su propia casa, su propia vida. Asombrarse cada segundo por el inmenso trabajo que realiza nuestro Planeta, equilibrando, armonizando, resguardando la vida en su totalidad, lo aseguro, es un buen camino para mejorar el Mundo, nuestro único Mundo. Oscar Monjelat –