Announcement: Tiempo al tiempo…
oscar | AnnouncementRosario 13 de agosto del 2013. Siete interminables días han pasado desde la mañana en qué soplaba un leve viento del ESTE y el día perfilaba para darnos mucho sol. Una ventana se abría seguramente para dejar entrar aire fresco y lo que realmente entró fue una bocanada de gas ardiendo que mató sueños y esperanzas de un puñado de almas que nunca se enteraron que fue lo que pasó. Y pasó lo que nos pasa hace décadas, nos roban nuestros sueños, esta vez a manos de una explosión devastadora, cotidianamente a manos de delincuentes, diariamente en nuestras rutas de muerte y habitualmente con discursos de hipocresía. Cayó el dolor sobre Rosario, pero apareció lo que aparece siempre en esta Argentina que pretenden desvalorizar, apareció una brisa de solidaridad que se convirtió rápidamente en un soplo muy fuerte de acompañamiento y dedicación. Llegó el dolor, que llega por la desidia de contratos a favor del negociado y siempre contra nosotros, pero se reavivó el sentimiento de ayudar con lo que se tenía y ahí estuvieron los comunes, los de abajo, los laburantes, esos que se rompen el lomo para ser parte de la solución y no de los problemas. Y no importó nada, no se pensó que no había escaleras, las improvisaron, no sabían de rescate y fueron los que más personas salvaron, ahí estaba el trabajador de a pié, ese que todos los días matan para sacarle 10 mugrosos pesos, ese mismo que no llega a fin de mes pero no sale a robar para estar más cómodo. Y llegaron los refuerzos y fueron más de los mismos, seres sin otra ambición que ayudar y vaya si ayudaron, ayudaron estos bomberos, policías, rescatistas, enfermeros, médicos, paramédicos, veterinarios, ayudaron a que nos pongamos de su lado y viéramos que los buenos estaban ahí, todos juntos, tratando de producir el milagro, y el milagro se produjo, aún sin la recompensa de encontrar vida humana, dieron parte de su vida para poner a salvo un perro, un pájaro, un gato, un pez, y ese es el milagro, un humano que deja de lado su persona y trata de poner a salvo una vida sea la que fuere. Sé que la tristeza es enorme, conozco a estos hombres, me enorgullece ser amigo de unos cuántos, pero más me enorgullece que nos hayan hecho participes del milagro cotidiano de sus vidas. Hay esperanzas para el mundo mientras haya humanos que lloren agradecidos, unos agradecidos por lo que hicieron por ellos, los otros por lo que recibieron de ellos. No se trató de dinero, no se trató de privilegios, no se trató de poder, se trató de servir. Servir de la mejor manera, dando su tiempo, exponiendo la vida, intentando solo servir mejor a la vida de un total desconocido. Este es el milagro, reconocer que un perfecto desconocido un día puede salvarte la vida, no hace falta el casco de bombero, la insignia de policía, el estetoscopio del médico para ser salvador de otro, hace falta solo saber que el otro soy también yo.
Ojalá las vidas cercenadas y la hermosa solidaridad demostrada, sean luz de esperanza en la búsqueda de ser servidores y nunca más vividores.
Tiempo al tiempo. Oscar Monjelat
Hola Oscar! Tristes y dolorosos días para la ciudad que soporta estoicamente el olor a muerte de tantas y tantas vidas perdidas de modo incomprensible!Cuanta razón tiene ud! Estamos solos solos por discursos vacíos de contenidos y llenos de codicia. Pero si como consecuencia de estos terribles eventos comenzáramos a darnos cuenta, que nos tenemos entre nosotros,a nosotros,que nuestro libre albedrío entonces nos permitirá ir disipando esta inmunda niebla que nos enturbia la vista, iremos todos juntos hacia adelante, hacia nuestro auténtico ser ya sin engaños…
Son muy acertadas tus palabras… Si todos los seres humanos se dieran cuenta de
Que EL OTRO SOY YO!!!! NO HABRIA MÁS EGOISMOS!!!