Announcement: De sequías e inundaciones
oscar | AnnouncementMucho se está hablando en estos tiempos de la probable ocurrencia de una tercera NIÑA consecutiva, y se lo toma como un hecho de características históricas. El título de este escrito remite a un formidable trabajo de investigación realizado por el Geólogo Florentino Ameghino en 1884 y reeditado en 1984 a 100 años de su primera edición.
Ameghino expuso en su trabajo investigaciones llevadas a cabo por un contemporáneo el Dr. Estanislao Severo Zeballos en el 1876. Y si bien ambos trabajos están basados sobre el territorio bonaerense, perfectamente se aplican las conclusiones al resto de la mal llamada «Pampa húmeda».
Desde ya es tan llamativo, como increíble, que nunca se hayan tenido en cuenta las consideraciones realizadas hace más de un siglo para aliviar el efecto de los extremos pluviométricos.
Si tomáramos 100 años de registros de precipitación, de la zona mencionada como pampa húmeda nos encontraremos con que tan sólo 27 presentan excesos pluviómetros notables, y por lo tanto 73 quedan bajo el promedio histórico de los 1000 mm anuales de lluvias.
Se han registrado en la región periodos extremos de secas, como los que ocurrieron entre 1826 y el 1832, con su epicentro en 1828, dónde registros históricos mencionan al río Paraná con tan solo unos pocos metros de agua en su canal, siendo posible una travesía pedestre entre Santa Fe y Entre Ríos. Entre estos años «secos» es posible encontrar registros periodísticos de fuertes tormentas con inundaciones pluviales muy puntuales.
Desde siempre se ha mencionado que las secas podían ser aliviadas por la simple acción de crear bosques artificialmente, no solamente no se ha hecho, sino que por el contrario el desmonte es feroz, sin dejar de mencionar el efecto de la práctica agrícola conocida como «Siembra Directa» que no hace más que negar a la naturaleza el más mínimo reservorio de humedad en la superficie. El hecho de secar químicamente la vegetación, supuestamente perjudicial para los cultivos, exacerba la pérdida de humedad en la región, los vientos cálidos, solamente acumulan calor, y en los cambios de tiempo el aíre frío solo logra elevar aíre caliente y seco, incapaz de generar nubosidad con suficiente profundidad para formar gotas de lluvia.
El panorama de secas no es nuevo, para nada, pero asusta la incapacidad de generar soluciones, y esa eterna manía de buscar incrementar ganancias, sin importar las consecuencias.
Desde que mi memoria me lo permite, la práctica de desmonte ha sido denostada, pero nunca la detuvieron. Millones de hectáreas de bosques nativos han sido arrasadas, hoy mismo siguen siendo perjudicadas las pocas que quedan con incendios, y quienes tienen el poder de solucionar o por lo menos aliviar la tragedia, han encontrado el responsable perfecto, todo es culpa del «Cambio climático».
Funcionarios sin la más mínima comprensión de cómo funciona esta maravillosa máquina térmica, repiten un armado libreto, sin ninguna solución a nada, pero con el encanto de poder seguir viviendo gratis, sin tener que dar explicaciones.
Resulta cuando menos sorprendente que existiendo sobradas muestras de lo qué realmente se debe hacer, no sólo no se realice, si no que por todos los medios se trabaje impidiendo que se ponga en práctica, y de manera realmente veraz y urgente.
En nuestro mundo existen desde hace miles de años los periodos de sequías e inundaciones, esto nunca será el problema. El problema es que algunos humanos siguen pensando que la NATURALEZA debe trabajar para ellos, y eso no solo es imposible, es estúpido.
Al estadío de pocas lluvias le seguirá uno de abundantes, y es ahí dónde se debiera estar haciendo foco, en trabajar para que las futuras inundaciones, no se lleven el esfuerzo, los sueños, las esperanzas de muchos.
Y para aliviar las futuras sequías, es imperioso parar con la locura de seguir arrasando todo lo verde. Los árboles que quedan deben ser INTOCABLES, las extensas superficies agrícolas no deben quedar desnudas de vegetación viva esperando la siembra, plantar árboles en todos los lugares posibles, y en los imposibles también, asegurará que no sólo las secas sean menos rigurosas, el exceso de lluvias podrá ser mejor retenido, tal como lo han demostrado las selvas de nuestro planeta ¿O acaso esto no es cierto?
De verdad, no podemos seguir estupidizados, queriendo someter a nuestros caprichos a quien nos permite seguir viviendo, avanzar en contra de la NATURALEZA tan solo acelerará nuestra propia extinción.
Existen holgados medios, tanto tecnológicos como monetarios, para hacer de esta civilización humana, una especie evolucionando y creciendo en armonía con este mundo. Sería más que loable dejar de seguir jugando a ser dioses, recordando simplemente que lo verdaderamente eterno es nuestra mortalidad.
Resumiendo, la actualidad nunca es el problema, el problema es que nos relatan lo que sucede, pero las soluciones siguen sin ser implementadas. De mi parte, hoy seguiré plantando la semilla de un árbol!! Oscar Monjelat – Director Grupo Caza Tormentas del Sur. Con nuestra naturaleza, siempre!!